La estimulación cognitiva dentro de las llamadas terapias no farmacológicas, es la que recibe el mayor apoyo empírico basado en la evidencia; se propone como la primera intervención a realizar en el envejecimiento normal, el deterioro cognitivo leve y la demencia.
¿Qué ocurre con nuestro cerebro cuando nos vamos haciendo mayores?
Adaptarse a los cambios biológicos, restricciones físicas y a las nuevas condiciones de vida, que supone el envejecimiento, requiere de un gran esfuerzo psicológico. La mejor forma para prepararse consiste en un buen aprendizaje en la adaptación de las dificultades.
El cerebro como el resto de órganos del ser humano, se va deteriorando con la edad y su funcionamiento va empeorando. La detección temprana de los primeros síntomas de un deterioro cognitivo o es fundamental para poner en marcha una intervención eficaz. La estimulación cognitiva ayuda tanto en la prevención de la demencia como a lograr llevar a cabo un envejecimiento activo y saludable.
La estimulación cognitiva es el conjunto de acciones que se dirigen a mantener o mejorar el funcionamiento cognitivo mediante ejercicios de memoria, percepción, atención, lenguaje, funciones ejecutivas (solución de problemas, planificación, control,…), funciones visuespaciales, etc.
Según la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) es la clave para para PREVENIR la pérdida de la capacidad mental y la dependencia en los cuidados en las personas mayores.
Se trabaja habitualmente en los ámbitos cognitivos alterados o que comienzan a alterarse y también en aquellos que no se encuentran afectados pero que pueden mejorar su rendimiento.
La estimulación cognitiva se basa en la plasticidad y en la reserva cerebral para mejorar el rendimiento de las capacidades mentales mediante técnicas y ejercicios organizados de modo sistemático.
Según la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) es la clave para para PREVENIR la pérdida de la capacidad mental y la dependencia en los cuidados en las personas mayores.
También tiene un objetivo terapéutico muy importante en el caso de las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, es una de las técnicas de intervención cada vez más consolidada, puesto que aumenta la reserva cognitiva, mejorando o restaurando las capacidades cognitivas, consiguiendo ralentizar el deterioro cognitivo y por tanto retardar que los pacientes aumenten su dependencia en las actividades del día a día.
En nuestra Residencia de mayores «jardines de San Marcos» contamos con un espacio, dirigido por nuestra psicóloga, dedicado para que nuestros residentes puedan hacer esta terapia diariamente.
Entre sus beneficios permite mejorar la calidad de vida de la persona. Esta mejora se produce gracias a la obtención de objetivos más específicos tales como el mantenimiento de las capacidades mentales el máximo tiempo posible, la potenciación de la autonomía y la autoestima de la persona, la mejora de la interacción de ésta con su entorno y la disminución de la ansiedad y la confusión, así como otras reacciones psicológicas adversas.
Entre las llamadas terapias no farmacológicas, es la que recibe el mayor apoyo empírico basado en la evidencia; se propone como la primera intervención a realizar en el envejecimiento normal, el deterioro cognitivo leve y la demencia.
Fuente: centro neurológico Antonio Alayón
“Jardines de San Marcos” Residencia de Mayores en Tenerife – Tegueste