Depresión en la tercera edad.

Al llegar a mayores comienza una etapa de la vida en la que el humano elabora una reflexión de lo que ha logrado en su trayectoria de vida, así como de las oportunidades que se han dejado pasar o simplemente se han postergado.

¿Qué ocurre si se sufre depresión en la tercera edad?

Cabe señalar que esta etapa se hacen presentes los trastornos biológicos y psicológicos. Es decir, se comienza a tener problemas con la vista, la audición, el habla, el equilibrio y la pérdida de memoria.

También suele perderse a seres queridos y amigos, y la incapacidad para participar en actividades que antes solía realizar a menudo. Esto puede resultar en una desestabilidad emocional que da lugar a emociones negativas como la tristeza, la ansiedad, la soledad y la baja autoestima, que a su vez conducen al aislamiento social y la apatía.

La consecuencia más grave sería la depresión en la tercera edad crónica o la depresión que es recurrente y persistente. Ésta puede tener efectos físicos que incrementan el índice de mortalidad de los hombres y mujeres.

La depresión puede llevar a hábitos alimenticios que acaben resultando en obesidad, provocando también pérdida considerable del apetito y la reducción de niveles de energía, ocasionado a veces un trastorno conocido como anorexia geriátrica.

Asimismo, pueden experimentar índices más altos de insomnio y tiempos de reacción más prolongados que lo normal, lo que aumenta los riesgos asociados con cocinar y conducir.

Es por esto que se debe poner un especial interés en la vida de los adultos mayores o de la tercera edad, ya que si ellos son acompañados en esta etapa de cambios, y se sienten apoyados, se puede reducir el riesgo de padecer depresión.

También si ellos ejercitan su memoria y realizan actividades, ya sean físicas o recreativas, a un ritmo moderado, pueden sentirse útiles y así motivar al grado de aumentar su autoestima.

En esta etapa de la vida en la que el humano desea envejecer de un forma digna y saludable se presentan muchos cambios psicológicos, sociales, físicos, estos cambios representan perdidas significativas para el adulto mayor por ejemplo el tener que ser cuidado por algún familiar como lo son los hijos, el miedo a perder todas sus habilidades físicas e independencia, puede provocar en él una baja autoestima y esto derivar en una depresión muy severa,

¿Qué hacer?

Reforzar el autoestima es, decir la imagen propia del adulto mayor sobre la base de sus logros, metas alcanzadas, esfuerzos, logros sabiduría de vida a partir de la experiencia (ampliar la auto imagen positivamente). Este refuerzo puede darse a través del aprendizaje acerca de la valoración de sí mismo.

Fuente: wikipedia

Tenerife – Tegueste, a 06 de mayo del 2019

“Jardines de San Marcos” Residencia de Mayores  en Tenerife – Tegueste

Depresión en la tercera edad