Los cambios de estación es sinónimo de cambios de temperatura. Esto nos puede afectar a todos, pero en especial a las personas mayores. Estos son más vulnerables a los cambios climatológicos. Debemos tenerlo en cuenta para prevenir posibles afecciones.

Los cambios de estación pueden afectar negativamente a nuestros mayores si no seguimos una serie de pautas

Las personas mayores y los niños son los más afectados por los cambios de estación. Nuestros mayores son más proclives a padecer afecciones por los cambios bruscos de temperatura. Esto se debe a que su sistema inmunitario está debilitado por la edad o por padecer otro tipo de enfermedades.

Las enfermedades más comunes por los cambios bruscos de temperatura (tanto altos como bajos) son las gripes y resfriados. El cambio de temperatura del interior de las casas con el exterior puede producir indeseados resfriados. La gripe en ancianos se puede tornar en una enfermedad grave, puesto que si se agrava se puede convertir en pulmonía o neumonía.

En caso de baja temperatura se debe prevenir la hipotermia, y en altas temperaturas se debe tener atención a la hipetermia

En el caso de las bajas temperaturas, hay que tener especial atención a la hipotermia. Se produce cuando la temperatura del cuerpo baja de forma repentina y nuestro organismo no leda tiempo a adaptarse. En el caso de personas mayores tenemos que estar atentos a su temperatura (que no sea inferior a 35ºC), temblores, problemas en el habla, palidez, falta de coordinación, cuerpo frío, etc. La hipotermia puede agravar otras enfermedades que pueda padecer nuestro ser querido, como puede ser la artrosis o dermatitis.

En el caso de altas temperaturas, se puede sufrir hipetermia. Conocido de forma común como “golpe de calor”. Es cuando la temperatura del cuerpo supera los 41. Los síntomas suelen ser dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, boca seca, calambres musculares, desorientación, pérdida de conciencia, etc.

Para intentar prevenir estas enfermedades podemos seguir una serie de sencillos consejos:

  • Mantener la temperatura de nuestro hogar de forma adecuada, tanto en inverno como en verano. La casa debe ventilarse adecuadamente.
  • Vestir con ropas adecuadas a la estación: en invierno intentar que se abrigue bien, incluso en casa. En verano usar ropa de algodón que ayude a la transpiración.
  • Alimentación: En cualquier época del año la alimentación debe ser variada, sana y equilibrada. Procurar ingerir carnes magras, pescados, verduras, frutas, legumbres, cereales, aceite de oliva, etc. seguir la sana dieta mediterránea.
  • Líquidos: tanto en invierno como en verano se debe cuidar la ingesta de líquidos, para evitar la deshidratación

Si observas algún síntoma extraño en tu ser querido, acude al médico y consúltalo.

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“Jardines de San Marcos” Residencia de Mayores  en Tenerife – Tegueste

¿Cómo afectan los cambios de estación a nuestros mayores?

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