La vitamina C tiene muchas funciones importantes en nuestro cuerpo. Es una pieza clave para reforzar nuestro sistema inmunológico. Es básico para prevenir infecciones y diversas enfermedades.
La vitamina C es una antioxidante natural que protege nuestras células del daño que causado por los radiales libres
Esta vitamina también es conocida como ácido ascórbico-L. Este tipo de vitamina no la podemos almacenar, por lo que tendremos de obtenerla en nuestra dieta diaria. Esta vitamina, incluso en pequeñas cantidades, puede proteger distintas moléculas del cuerpo del daño causado por los radicales libres. Algunas de estas moléculas son los lípidos, las proteínas, los carbohibratos y los ácidos nucleicos.
Todos hemos oído decir que ante la llegada del invierno debemos tomas vitamina C. Es importante recalcar que es una de las claves para mantener en buen estado nuestro sistema inmunológico y protegernos de diversas infecciones y enfermedades.
Esta vitamina hidrosoluble, al no poder almacenarla, debemos estar constantemente consumiéndola. El cuerpo eliminará las cantidades de vitamina que nos sobran a través de la orina.
La vitamina C está presente en muchos alimentos, pero en mayor medida en pimientos, naranjas, kiwi, fresas, brócoli…
Tiene innumerables beneficios para toda la población, desde los más pequeños a los mayores de la familia. Al consumirla nos protegemos de los resfriados y si lo padecemos sus síntomas serán leves. Si además lo combinamos con Zinc sus beneficios serán mayores. Ayuda a reparar y mantener en buen estado los cartílagos, los huesos y dientes. Al ser antioxidante previene de enfermedades degenerativas como la arterioesclerosis y el Alzheimer. También previene en la mutación celular que puede provocar cáncer.
En enfermedades cardiacas es un factor clave para su prevención. El ácido ascórbico ayuda a eliminar el colesterol, lo que reduce la posibilidad de infarto. Y también tiene un efecto cicatrizante en heridas, ya que ayudan a formar el tejido.
Son muchos los alimentos que nos pueden aportar esta valiosa vitamina. Está presente en altas dosis en pimientos, naranjas frescas, fresas, papaya, kiwi, guayaba rosa, melón, tomates, mangos, brócoli, marisco. En menos medida, también nos pueden aportar esta vitamina la lechuga, alcachofa, plátanos, espinacas, aguacate, zanahoria, remolacha y calabaza.
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