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Todos los 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus. Por tal motivo queremos con este artículo hacer un repaso sobre qué es un ictus, sus secuelas, su tratamiento y rehabilitación, y, sobre todo, las formas de prevenirlo.

En el Día Mundial del Ictus se pretende concienciar a la población sobre una enfermedad que es la tercera causa de muerte en el mundo occidental

El ictus o accidente vascular celebrar ocurre cuando el cerebro sufre una falta de riego sanguíneo. La mayoría de los ictus están causados por un bloqueo de las arterias cerebrales. Al no llegar la sangre al cerebro, no llegarán nutrientes ni oxígeno, por lo que las células se lesionan y mueren. La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo para sufrir un primer episodio de ictus.

En el mundo cada seis segundos fallece una persona a causa del ictus y una de cada seis personas sufrirá uno en algún momento de su vida. El 75% de las personas que lo sufren son mayores de 65 años. De éstos, el 42 % aproximadamente les dejan secuelas y en torno al 16 % fallecen antes del año. El número de ictus en estas edades es el mismo en hombre que en mujeres, aumentando en éstas a partir de los 75 años. Además, si se padece algún tipo de enfermedad crónica la esperanza de vida se reduce de forma significativa.

Una detección temprana y una rápida actuación ante determinados síntomas es vital para evitar o reducir determinadas secuelas, y en muchos casos evitar la muerte

Los síntomas varían según la parte del cerebro afectada. Te indicamos los más comunes:

  • Adormecimiento o debilidad en la cara, el brazo o pierna, especialmente en un único laco.
  • Dificultar para hablar o entender.
  • Dificultad repentina para andar, pérdida de equilibrio, mareos o descoordinación.
  • Dolor de cabeza sin causa conocida.
  • Problemas de visión, por uno o los dos ojos, de forma repentina.

Si el ictus afecta a la parte izquierda del cerebro, será la parte derecha del cuerpo la que esté afectada. Y su es la parte derecha del cerebro, estará afectada la parte izquierda del cuerpo.

El ictus también lanza señales antes de aparecer, y hay tres comprobaciones que nos pueden ayudar:

  • Si arrastra las palabras, no habla o tiene problemas para comunicarse.
  • Asimetría facial, intentar hacer sonreír a la persona y uno de los lados tiene dificultar para moverse.
  • Si la persona intenta estirar los brazos y uno de ellos no reacciona.

Se tiene la creencia que la recuperación de una persona mayor que sufre un ictus es nula o muy lenta, pero no es así

Con una rehabilitación adecuada la recuperación inicial es muy rápida. El siguiente periodo será una recuperación más lenta pero sostenida. Es primordial establecer desde un primer momento un programa de rehabilitación que contenga tratamiento neurorehabilitador, tratamiento farmacológico específico para la ayuda del déficit de atención y un programa de trabajo fisioterápico.

En la prevención tenemos la clave para recudir la posibilidad de sufrir un ictus. La Sociedad Española de Neurología ha lanzado una serie de recomendaciones de hábitos saludables para evitarlos o reducir el riesgo de padecerlo. Pasamos a enumerarlos:

  • Alcohol y tabaco: Evitar el consumo de estas dos sustancias. En el caso del alcohol si se consume, evitar superar los 60 gramos al día.
  • Alimentación: Debe ser rica y saludable. Evitar ingerir alimentos grasos y azucarados. Intentar que el índice de masa corporal no supere 25.
  • Ejercicio: Hacer algún tipo de actividad. Mantenerse activo. Una vida sedentaria aumenta el riesgo de ictus.
  • Control de la tensión arterial de forma periódica.

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Día Mundial del Ictus.