La mayoría de los enfermos de Alzheimer no suelen tener un comportamiento agresivo. Alrededor del 20% de estos enfermos que conviven con cuidadores o familiares suelen desarrollar agresividad. Esto causa una gran sobrecarga en los cuidadores. Con este artículo queremos dar algunos consejos para manejar la agresividad en los enfermos de Alzheimer.

La agresividad en los enfermos de Alzheimer es una de las causas del cansancio y sobrecarga en sus cuidadores

Los enfermos de Alzheimer en general no suelen tener este tipo de comportamiento. De hecho no existe una fase de agresividad en esta afección. El desencadenante de esta aptitud suele ser ambiental o de salud, y puede ser física o verbal.

El paso principal de los familiares o cuidadores es identificar las causas que provocan el comportamiento agresivo. Con ello logramos también identificar problemas de salud graves. Debemos estar atentos a lo siguiente:

  • Infecciones urinarias
  • Alucinaciones
  • Cansancio o fatiga
  • Dolores, falta de movilidad
  • Factores ambientales, como cambio de domicilio, nuevo cuidador, personas extrañas, en casa, ruidos, etc
  • Verse incapaz de realizar tareas rutinarias, por ejemplo comer o asearse solo

Igualmente, es importante manejar las situaciones de agresividad. Si sabemos hacerlo, podremos calmar a nuestro ser querido enfermo y no desencadenar situaciones más difíciles. Si ya hemos identificado la causa evitemos desencadenar la agresividad. Debemos cuidar nuestra reacción, no gritemos ni hagamos aspavientos. Esperemos y respiremos. Es importante distraer a nuestro ser querido, cambiemos su foco de atención simplemente con alguna pregunta o algún tema que le guste.

El cuidador no debe entrar en discusiones con el enfermo, debe hablarle con frases sencillas y mostrándole cariño

No debemos entrar en discusiones ni confrontaciones. Debemos ser capaces de comprender que nuestro razonamiento no es el del enfermo. Debemos hablarle con frases breves y sencillas. Mostrarle cariño y tranquilidad.

No obstante, el desencadenante puede ser ambiental. Debemos observar si hay más ruido de lo normal o si la luz no es adecuada. Si el enfermo lleva muchas horas sentado sin hacer nada puede provocarle ese malestar. Rompe su rutina con pequeños paseos o haciendo alguna actividad que le pueda agradar. Ver fotos antiguas, conversar, practicar juegos de mesa, etc. le ayudará mucho en su estado de ánimo. Muchos familiares ponen en la vida del enfermo una mascota, ese vínculo hace que nuestro ser querido disfrute y le genere bienestar.

Los cuidadores de enfermos de Alzheimer se dedican prácticamente las 24 horas del día al cuidad y mimo de su ser querido. Queremos con este artículo alabar su labor e intentarles ayudar en la medida de lo posible, intentando evitar que sufran el síndrome de “la sobrecarga del cuidador”.

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